Después de un esfuerzo conjunto y un mes de reparaciones intensivas lideradas por la UNGRD, el radar está ahora completamente operativo. Este radar es un elemento clave para el monitoreo de la atmósfera, el comportamiento de las nubes y el cálculo predictivo de las precipitaciones.
Con un alcance de 400 kilómetros, este radar identifica gotas de lluvia para realizar cálculos predictivos que se transforman en boletines informativos emitidos por el IDEAM. Estos boletines son esenciales para la toma de decisiones de gobernaciones y alcaldías.
El proyecto ha sido un esfuerzo colaborativo entre ambas entidades, con el objetivo de realizar mantenimientos preventivos y correctivos en la red de radares del país.
Hasta el momento, tres de los cuatro radares han sido recuperados y están en completo funcionamiento. La atención se centra ahora en el radar de Cerro Munchique, en el Tambo, Cauca, para completar el mantenimiento de toda la red.
Este esfuerzo continuará mejorando la capacidad para monitorear las condiciones meteorológicas y contribuir a la seguridad de Colombia, en tiempos donde el país se está preparando para el fenómeno La Niña.
La UNGRD, bajo la dirección de Carlos Carrillo, desempeñó un papel fundamental en la coordinación y supervisión del proyecto, asegurando que los radares meteorológicos de Colombia estén a la altura para proteger a las comunidades y mejorar la capacidad de respuesta ante condiciones climáticas adversas.